martes, 29 de septiembre de 2009

Renovarse o morir


Se acabó el verano y con la llegada del viento frío me entra el gusanillo de empezar de nuevo: renovarse o morir dicen (Vale… para mí cualquier excusa es buena para ir de compras…).

Total que abro una revista de moda y allí me encuentro los 5 “must have” o lo que es lo mismo las 5 piezas de ropa que debes tener para ser feliz. Y ¿qué descubro? Pues que VUELVEN LOS LEGGINS y encima ¡DE CUERO! Creo que no había tenido un susto mayor desde que vi a las hijas de Zapatero. Por lo visto, NO hay escapatoria así que tengo que hacer algo al respecto. Con esa energía y ganas de renovación que me han invadido, me apunto a un gimnasio y como buena 'trendy' que soy me dispongo a ir a la clase que más de moda está últimamente: "El spinning".

Sin duda, he acertado: en primer lugar, la clase tiene una luz tenue la mar de agradable, además suena música tecno de lo más moderna y los tíos más macizorros del gimnasio están haciendo cola para entrar. Poca luz, música a todo volumen y tíos buenos… todo esto me recuerda a algo y no sé a qué, pero me entran unas ganas terribles de tomarme una copa. En fin, decido entrar y sentarme en una de esas bicis y tengo mi primer (y duro) contacto con la realidad. ¡Dios mío! ¡Qué incomodidad! Vale, acepto que mi trasero no es talla S pero es que este sillín ¡es el de la Barbie Ciclista! Sin embargo, decido no desanimarme sólo por eso y empiezo a darle a los pedales. A partir de aquí empieza mi pesadilla: estoy encerrada en una sala a oscuras, con una música infernal que no me deja ni pensar y con un montón de tíos sudorosos que, encima, echan gritos huracanados mientras el profersor (la copia inflada de esteroides de Pocholo) va gritando “¡¡Venga a subir esa cuesta, equipo!!” Y yo no puedo dejar de pensar “Qué equipo ni qué leches: ¡si las bicis no se mueven del maldito suelo! ¡Si tengo que seguir sudando así prefiero morir a renovarme!”

Cuando llego a casa medio muerta me tiro en el sofá, recupero la revista y con gran alegría me doy cuenta de qué otra de las prendas fetiche de la temporada es el maxiabrigo… “Aquí dentro sí cabe mi culo” pienso feliz.

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