jueves, 10 de diciembre de 2009

La cena de Navidad de la empresa




Queda poco para el disparo de salida de las fiestas navideñas: LA CENA DE EMPRESA. Una cita a la que tienes que ir sí o sí o serás la sosaina de la oficina.

Es curioso ver como a medida que se acerca el día D las conversaciones alrededor de la máquina de café de la oficina pasan de ser sobre el frío que hace, a ser sobre el modelito que nos vamos a poner esa noche. A la vez, por los pasillos se celebran reuniones secretas para asegurarnos de que en la cena nos sentaremos al lado de nuestros compis queridos y estaremos sentados lo más lejos posible del jefe.

Finalmente llega el día en cuestión y te plantas por la tarde frente al espejo, abres tu armario y llega el dilema ¿qué me pongo? Todas las combinaciones que habías hecho los días previos son rechazadas por diversos motivos: demasiado escote, me lo puse el año pasado, demasiado formal... qué presión! Me queda menos de media hora para arreglarme y dejar a todos los de la oficina patidifusos cuando vean mi look sofisticado, moderno, sexy y chic... al final optas por esos vaqueros pitillo que piensas que te hacen el culito mono, tu camisa negra de fondo de armario, taconazos de infarto, maquillaje express y lista!

Llegas al retaurante y compruebas con deleite que tu modelito causa sensación y que eres la más mona de la cena. Adviertes que estás sentada entre los compis queridos y que todo está al alcance de tu vista, ningún cotilleo se te escapará!

Y llega lo difícil, pasártelo bien y comportarte, ya que si te pasa cualquier desgracia como puede ser que se te derrame el vino o una supermancha en tu ropa (por eso yo elijo el sufrido negro) serás recordada por esto durante muuuuchos años, no puedes luchar contra eso, durante un tiempo serás la patosilla que no sabe beber en copa aunque sea la primera que se te rompe.

Durante la cena viene otro momento crítico para tí, la combinación del vino peleón que te estás bebiendo animada por el compañero de enfrente que no para de rellenarte la copa, nubla tu visión y no te permite controlar bien los flirteos que se producen entre la de contabilidad y el de recursos humanos. Si esto ocurre... deja ya de tomar vino! Además, así te aseguras no acabar borracha cantando el Asturias patria querida abrazada a tu jefe, que, sin duda alguna, sería terrible para tu reputación y has de tener en cuenta que los móviles actuales pueden grabar vídeo, así que estas imágenes correrían por toda la oficina al día siguiente de trabajo.

La cena llega a su fin y nuevas amistades se han forjado (encuentras simpático a ese informático que parece tan calladito), nuevos cotilleos se han creado (¿cómo habrán acabado la de contabilidad y el de recursos humanos?) y una buena fiesta con tus compañeros has pasado, y tú, tan divina como al principio de la cena, te subes al taxi de regreso a casa donde te espera toda la ropa que te has ido probando hasta dar con el look adecuado tirada por los suelos... mañana tocará recoger mientras por teléfono comentas con tu compi todo lo ocurrido.

¿Teneis vosotros también vuestra cena de empresa? La mía es mañana, Terror!!! aún no sé qué ponerme!!!

Dora Maki para AmazonaTV

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