jueves, 3 de diciembre de 2009

¿Y tú de quién eres?


Sí, lo confieso. Soy culpable. Yo también he caído en la tentación... y he ido a ver “Luna Nueva” cual adolescente con granos y risa tonta que se precie.

Y la película me marcó por dos cosas: la primera porque no podía dejar de pensar que era la única de toda la sala que sabía quién era Naranjito, y la segunda fue una duda existencial que se me planteó y que ahora traslado aquí... ¿Qué preferirías por novio a un lánguido y sofisticado vampiro o a un salvaje y peludo hombre lobo? Es decir, ¿a Robert Patisson con su elegancia y distinción o a Taylor Lautner con su fuerza y fiereza?

Es que, claro, es tan bonito poder ver el atardecer mientras el guapo vampiro te lee poesía renacentista al oído, poder hablar de la trascendencia de la vida eterna mientras oyes una sonata de Bach o que te escuche interesado (¡!) mientras le cuentas con todo lujo de detalles como son las botas que quieres comprarte... Pero lo malo es que ya te puedes despedir de la playa, solo sale de noche y encima te chupa la sangre...

Así que quizás es mejor un salvaje licántropo, con el que te sientes protegida y con un poco de adiestramiento... ¡hasta te hace caso!, además es ideal para llevarlo a la rebajas y quedarte con las mejores gangas porque no hay perro que le ladre... y no quiero ni imaginármelo en la cama. Eso sí, se acabaron los paseos a la luz de la luna y prepárate para recoger pelos por toda la casa...

La verdad, no me decido... Aunque pensándolo bien, si el cachorrito de hombre lobo cuando crece se convierte en Lobezno (o sea el macizo de Hugh Jackman) reservadme ya mismo uno para mí.




L. Gant para Amazona TV

2 comentarios:

  1. Buff!!! Yo también quiero uno para mi!!
    Y que se quiten los lánguidos, que para sensible ya estoy yo.
    Besos

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  2. jejeje..no se no se...el vampiro!!
    saludos

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