domingo, 10 de enero de 2010

Memorias de la Señora Rata - Capítulo III



En el último capítulo, la Señora Rata era la encargada (junto a su amigo el zapatero Salvatore Ferragamo) de vestir a las grandes estrellas de Hollywood. Sin embargo, algo truncó sus planes de quedarse para siempre en California. En 1947 asistió a la presentación en Nueva York de la primera colección de Christian Dior. Hacía sólo dos años que había finalizado la segunda guerra mundial y esa colección, bella y deslumbrante, fue una revelación para el mundo entero y para nuestra protagonista.

El ‘nuevo look’ (así se denominó el estilo que había diseñado Dior) impactó por la imagen totalmente innovadora de la mujer que ofrecía: se estrechaba la cintura, se marcaban unas anchas caderas, se suavizaban los hombros y se levantaba el pecho. La mujer recuperaba sus sinuosas curvas mostrando una feminidad graciosa y elegante que sedujo por completo a Gertrude.

Por eso, sin pensarlo siquiera se fue a París para trabajar con el mismísimo Christian Dior. En aquel momento, la capital gala era una ciudad clave en el mundo de la moda ya que allí se reunían grandes genios de la aguja como Cristóbal Balenciaga y Pierre Balmain, competidores directos de Dior.

¡Cómo se alegró nuestra protagonista de haber abandonado Hollywood! En primer lugar porque en los cincuenta se impuso la moda de los vaqueros y el cuero que popularizaron actores como Marlon Brando o James Dean, y que dejaba poco margen a los diseñadores. Y además, porque en París fue testigo de los primeros pasos de grandes diseñadores que hoy son reconocidos mundialmente. Si queréis saber de quién se trata… tendréis que esperar hasta el próximo capítulo.

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